La
gran variedad de paisajes conformados por los bosques, ríos y la diversidad
climática, permiten que el municipio de Cocorná, y por supuesto el oriente
antioqueño, posea una abundancia de recursos naturales y ecosistemas que lo
hacen atractivo a la mirada de propios y visitantes. Toda esta riqueza natural
es motivo de orgullo y generador de identidad por contener los marcos físicos y
escenarios donde se constituyen múltiples interacciones cotidianas.
Al
igual que hablar de riqueza natural se puede hablar de muchos hijos de esta
tierra que en alto han puesto el nombre de nuestro municipio y que en buen
concepto han dejado a sus coterráneos frente a la región y el país. Pero estas
breves líneas no tienen la intención de dar cuenta de ello, de eso que se
tiene, que se ha logrado y que por supuesto se disfruta. No, mi intención es
invitar a nuestros ciudadanos a que reconozcan la importancia de sensibilizarse con las
manifestaciones de nuestros problemas sociales, esos que generalmente están
subyugados al sistema de identidades ideológicas, políticas, económicas,
culturales, religiosas e incluso a los desafíos de la modernización y
globalización que se configuran en cualquier escenario social.
Nosotros los ciudadanos debemos sentar bases sólidas y saber que vivimos
en un lugar de confluencias, tensiones, divergencias y negociaciones que
definen nuestra propia propuesta local y regional. El municipio
de Cocorná posee grandes virtudes por capitalizar en el orden físico-natural,
artificial, humano, cívico e institucional, o asociadas a la articulación entre
estos, que constituyen las fortalezas y potencialidades con que cuenta para su inserción equitativa en los modelos de desarrollo
departamentales y nacionales.
En
especial pretendo llamar la atención de los profesionales, para que se comprometan
con las propias realidades de nuestro municipio, se atrevan a indagar,
comprender, analizar y participar en la transformación de este entorno que nos
acoge, inspirando la generación de ideas, políticas, cambio de modelos
mentales, el emprendimiento de nuevas
prácticas en la toma de decisiones,
el impulso de la capacidad de visión con alto sentido de
anticipación y construcción de futuro, para que luego
todo ello pueda
ser tomado en cuenta dentro de una agenda temática factible de integrarse
a políticas públicas y sea llevada a acciones que impulsen activamente nuestro
desarrollo.
Debemos ser
reflexivos y comprender que más allá del éxito personal estamos en la
obligación de aportar a nuestra gente, a nuestra cultura, a nuestra economía, a
nuestro deporte, en definitiva, a nuestro
municipio.
Mauricio
Castaño
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